Parafraseando a Robert Baden Powell, fundador del movimiento scout, cuando dijo que “el hombre no es más que un proyecto y la vida una especie de barco que cada uno tiene que llevar a buen puerto”, no podemos menos que pensar en los muchos proyectos que el ser humano encara con el objetivo y deseo que el asunto termine de buena manera, cumpliendo nuestros anhelos.
Los que transitamos por el camino de la higiene y seguridad, la prevención de accidentes y enfermedades laborales, sabemos de proyectos inconclusos o que esperan la letanía sin avanzar con la velocidad que demandan la protección de los trabajadores. Podríamos mencionar la actualización de la ley de higiene y seguridad que, si bien sigue siendo nuestro faro, la luz está mas apagada cada año frente a los avances tecnológicos, las nuevas formas de trabajo y su organización.
De manera más próxima a la Higiene Ocupacional, la actualización de la Resolución MTESS 295/03, que ya cumplidos sus 21 años, está quedando obsoleta en varios aspectos, comenzando con los valores límites de exposición. Hace unos tres años atrás, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) tomó el camino de revisarla y ante ese hecho no podemos menos que apoyar la decisión. De hecho, nuestra asociación colabora intensamente cuando es requerida para aportar nuestro conocimiento y visión profesional y experimentada. En este sentido, el organismo ha dado un paso adelante al abrir el análisis de los cambios necesarios a instituciones especializadas, aunque descuida muchas veces la posibilidad de acuerdos y participaciones más amplias, que lograrían mayores acuerdos y aprobaciones posteriores.
No obstante lo antedicho, la iniciativa se mueve con exacerbante lentitud frente a la ansiedad del cambio buscado, seguramente no por desidia de los funcionarios que deben lidiar con otras prioridades, sino por la falta de una acción política firme. El estado debe dirigir la investigación y el desarrollo propio.
Se actualizó el capítulo de carga térmica y está a punto de salir el del nuevo protocolo de ergonomía, anticipado con bombos y platillos en distintos eventos en estos días, pero queda mucho camino por recorrer.
Este primero de mayo, día de los Trabajadores, muy cercano a la celebración por el día mundial de la Salud y Seguridad en el Trabajo – 28 de abril – nos recuerda que nuestros esfuerzos por lograr mejores condiciones de trabajo nunca terminan, tan solo amaina por momentos para darnos un poco de descanso y paz, merecidos.