Del trabajo conjunto de científicos e higienistas surge una alternativa superadora para medir la luz de manera integral. Un convenio que intenta atenuar una desactualización de cuatro décadas en la verificación legal de las condiciones de iluminación.
Una de las formas de cambiar la realidad desde el sector académico es intervenir en la definición de un marco legal -el conjunto de reglas de juego de una sociedad- para que sea sensato, actualizado, pertinente y aplicable.
En la Argentina, la ley de Higiene y Seguridad en el Trabajo Nº 19587 (sancionada en el año 1972) estipula las condiciones de trabajo para todo el territorio de la República Argentina, entre ellos la iluminación. Esta ley, de índole general, fue reglamentada por el decreto Nº 351(1979), mientras que recién en 2012 la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) publicó la resolución 84, dando pautas metodológicas para su verificación legal por parte de los profesionales de Higiene y Seguridad en el Trabajo. Es evidente lo dilatado de este proceso, que demandó cuarenta años desde la primera aproximación generalista de la ley en 1972, la operacionalización de sus variables en 1979, y la definición de su instrumento de verificación en 2012. Muchas prácticas de trabajo, las tecnologías de iluminación, el estado del arte de la luminotecnia y de los factores humanos en iluminación cambiaron en esos cuarenta años. Basta mencionar la irrupción de la informática y los dispositivos con pantalla en todos los órdenes de nuestra vida, incluido el trabajo; impensado en la génesis de la legislación actual. Como resultado, el profesional termina verificando una reglamentación desactualizada, por medio de un instrumento metodológico que sólo permite su verificación parcial.
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