Dentro de los cuidados frente al COVID 19 el uso de desinfectantes para personas y objetos supone el uso o aplicación de diferentes métodos y/o sustancias en diversos estados, que pueden ser nocivas para la salud del ser humano, sobre todo en caso de desconocimiento.
Encontramos entonces la aparición de “soluciones alternativas”, aparentemente eficientes y satisfactorias, promocionadas con énfasis en un contexto de emergencia en el que, la solución “mágica” parece estar a la espera de todos. En dicho contexto, uno de los instrumentos que aparecen como esa solución, resulta ser el uso de Ozono para la desinfección de ambientes y personas.
Este artículo, desarrollado por un miembro AHRA, trata de aportar su cuota de luz al problema.
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